La fórmula electoral no es otra cosa que el procedimiento que transforma los votos en escaños. Hay dos tipos:
- Mayoritarias: Gana el candidato que reúne más votos, independientemente de los conseguidos por los demás. No importa el margen de votos que separa al vencedor del perdedor, aunque sea simplemente uno. Es el procedimiento habitual en los países anglosajones y tiende a reforzar la presencia parlamentaria del grupo más votado. Se suele decir que fomenta la gobernabilidad.
- Distributivas: Pretenden distribuir los escaños en función del nº de votos obtenido por cada candidatura. Se dice que son más representativas porque todas las preferencias electorales tienen capacidad de influencia sobre la asignación final de escaños, aunque con salvedades.
Como es lógico, en las distributivas se hace necesario establecer el nº de votos que dan derecho a un escaño, esto es, la cuota electoral o de reparto, que saldrá de dividir el total de votos válidos emitidos en la circunscripción entre el nº de escaños de la misma.
Cuota = Total de votos / Nº de escaños totales
Una vez tengamos la cuota, se dividen los votos obtenidos por cada candidatura entre ella, consiguiéndose el nº de escaños que le corresponde.
Nº escaños de un partido = Votos de un partido / Cuota
Como os podeis imaginar, esta división raramente tiene como resultado un nº entero, por lo que quedará pendiente la aplicación de las fracciones. Para resolver este problema existen muchas variantes, siendo la Ley D'Hondt la que se usa en España.
Para explicar su funcionamiento, nada mejor que una imagen.
Básicamente, lo que se hace es ir eligiendo en cada fila el mayor (color verde), y continuación, dividir en la siguiente fila el nº total de votos de ese partido entre el siguiente nº natural (1, 2, 3, 4...).
Ejemplo de las municipales de Cangas en 2007
Un concepto que no se suele mencionar y hay que tener muy en cuenta es el de barrera mínima, esto es, el porcentaje mínimo de votos que debe reunir un candidato para participar en la distribución de escaños, que en España se establece en el 3% o el 5% de los votos válidos emitidos dependiendo del tipo de elecciones. Su objetivo es evitar un excesivo fraccionamiento.
NOTA. Cualquier duda al respecto, estaremos encantados de solucionarla
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