domingo, 25 de octubre de 2009


El abismo

Mucho se ha hablado de la guerra de Afganistán -yo la llamo guerra, e incluso me parece necesario hacerlo, para darle la relevancia que merece- y sin embargo, como casi siempre, no se ha incidido de forma especial en lo más importante de ella. Por eso, y tras la entrada anterior dedicada a esa zona del mundo, volvemos al mismo lugar, aunque esta vez con una entrada más corta -lo que más de uno seguro agradecerá-.

Los principales críticos argumentan que se está arriesgando la vida de nuestros soldados por intereses de EE.UU, y además de preguntarnos porqué no dijeron lo mismo cuando se les envió a Irak sin ningún motivo, nos damos cuenta de que nuestros militares están haciendo un valioso esfuerzo que, en la mayoría de las ocasiones, no les sabemos reconocer. Unos cuantos de ellos ya se han dejado la vida en el infierno afgano. Y todos nos preguntamos, ¿merece la pena que estén allí? La respuesta es sí. No podemos permitir que el fanatismo domine Afganistán, no tanto por él mismo, que ya es bastante, sino por Pakistán. Decía Nietzsche que cuando miras al abismo, el abismo te devuelve la mirada. No permitamos que Pakistán se acerque al abismo, no corramos el riesgo de que este lo hipnotice, porque si Pakistán y sus mas de 50 cabezas nucleares caen en el abismo, nunca jamás volveremos a estar seguros. Todos los países en los que la libertad predomina sobra el fundamentalismo religioso, sufrirían mucho, muchísimo. A todos nos dolió la perdida de 192 padres, hijos, hermanos, amigos y vecinos en Madrid. No creo que haga falta decir cual sería la perdida si las armas comienzan a ser bombas atómicas... Se cree que tienen cabezas termonucleares de 200 kt. Little Boy destruyó Hiroshima, matando 150.000 personas, con menos de una décima parte de potencia... Y tampoco creo que haga falta decir que están lo suficientemente locos como para usarlas. Más aún cuando tienen la clara intención de recuperar “Al-Andalus”, como se ha podido comprobar la semana pasada.

En definitiva, la guerra en Afganistán merece el riesgo y en el fondo, nuestros soldados lo saben. Sólo queda confiar en que vuelvan sanos y salvos junto a sus familias, y agradecerles su sacrificio por la libertad del resto de los españoles.


PD: La última entrada sobre este tema no ha gustado a una persona. Cuando alguien no esté de acuerdo con algo, por favor, que diga el motivo. Cuando empezamos este blog yo era lo suficientemente optimista -o iluso- para confiar en que se convertiría en un foro de debate y discusión, que lo sea al menos cuando no esteis de acuerdo con lo que leéis. No se nos caerán los anillos en daros la razón si nos convencéis.

PD2. Para quién se aburra: simulador de explosiones nucleares

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